Cumpliendo fielmente su lema de rescatar la historia del automovilismo canario, la Escudería Drago ha tributado un sentido homenaje a Walther Sauermann, un gigante humano y empresarial que durante décadas fue el poderoso motor del automovilismo deportivo en Canarias y con importante proyección nacional.
Los jóvenes miembros de la renovada Escudería Drago: Pepe Monzón, Gustavo Martel, José Manuel Rivero, Orlando Yánez, Héctor Falcón e Iván Bethencourt, bajo la coordinación general de Orlando Alonso, han dado forma a una velada que será inolvidable para todos los que tuvimos la suerte de vivirla.
La convocatoria de la Escudería Drago llenó por completo el Salón de Actos de la Compañía Mapfre, no solo con la presencia de los escuderos, sino con los pilotos y miembros varios del equipo Sauermann Competición, como Pepe Medina, Manolo Batista y Sergio Pérez; exdirectivos de la empresa Walther Sauwermann, como Ignacio López y Antonio Armas, éste desplazado al efecto desde Tenerife, así como Carlos Gaztañaga, presidente de la Federación Canaria de Automovilismo; José Víctor Rodríguez, presidente de la Federación de Automovilismo de Las Palmas, y Rafael Pombriego, gerente de FREDICA, patronal regional del sector automovilístico.


El primer detalle, cargado de intensa humanidad, estuvo protagonizado por Antonio González (Litografía González) que entregaba a los asistentes una postal con la efigie de don Walther Sauermann y la reproducción de su testamento espiritual, escrito de su puño y letra solo dos días antes de su fallecimiento. Cuya lectura ya ofrecía una idea de la altura moral y personal que tuvo el empresario hasta el final de sus días.
Gracias, gracias señor por todo el bien que
de ti recibo todos los días
Gracias porque derramas en mi alma
la dulzura infinita de tu piedad.
Gracias porque me dejas sentir tu perdón
por mis múltiples faltas.
Gracias porque con ello me demuestras
que nunca me abandonas.
Gracias por todas las alegrías que me ofreces.
Gracias por los dolores que me envías.
Gracias, también señor, porque conservas
para mi alma la esperanza y la fe.
Un talante y una personalidad que fueron analizados y enaltecidos con la perspectiva engrandecedora bajo el prisma del tiempo transcurrido desde su fallecimiento, hace poco más de quince años, pero cuya profunda huella como hombre de empresa, como mecenas del deporte y de la sociedad canaria, permanecen en el tiempo con una sensación de profundo y arraigada admiración entre las personas que lo trataron.
Así se manifestaba a través de las aportaciones ofrecidas por Iván Bethencourt, exempleado de la empresa Sauermann y compañero redactor de MOTOR 2000 que hizo la última entrevista a don Walter, comentando pasajes de aquel encuentro y las relaciones personales que se derivaron del mismo.
Orlando Alonso ofrecía una doble visión de don Walther, dado que fue ejecutivo en la empresa y además piloto de Sauermann Competición con Volkswagen Golf GTI y BMW 325i. Importantes fueron las valoraciones que referían la peculiar forma de trabajo y servicio impecable al cliente de las marcas de automóviles de automóviles que comercializaba el grupo empresarial con más setecientos empleados en las dos provincias del archipiélago.
Antonio Ponce comentaba su paso por el equipo, que fue como un sueño: De hecho cambió su trabajo en otra empresa del automóvil para dedicarse por entero a su papel de piloto oficial compitiendo con un BMW M3 de Grupo N tanto a nivel regional como nacional, donde plasmó su victoria absoluta en el Rallye Rías Bajas.
Medardo Pérez, primer piloto oficial de Sauermann Competición, narró sus experiencias con el BMW 320 Eggenberger de Grupo 5 y el BMW 323 Hartge de Grupo 2, destacando el papel que tuvo Manolo Batista para hacerlo fiable tras el inicial problema de fragilidad que daban las suspensiones. Destacó Medardo la generosidad de don Walther para hacer posibles diversas participaciones en rallies peninsulares del Campeonato de España.
Fernando Capdevila, junto con José María Ponce, iniciaron el programa con los 635 CSi, alternando las participaciones con otras de Grupo N, tanto M3 como 325 de Grupo N. El destacado piloto tinerfeño tuvo frases elogiosas, tanto en admiración como en especial afecto hacia la persona de don Walther Sauermann.
Las intervenciones de los pilotos eran cerradas por José María Ponce, que junto con José Carlos Déniz lograba en noviembre de 1991 el Campeonato de España de Rallies, todo un hito para un equipo privado enfrentándose a las poderosas formaciones de las marcas oficiales. José Mari narró varios pasajes y diversas anécdotas de su larga etapa como piloto de Sauermann y con la marca BMW.
Joseph Newman Tremearne expresaba la adhesión al acto que enviaba desde Barcelona José Canela Ballesteros, ex presidente de la Escudería Drago y ex piloto de BMW con aquel espectacular 3.0 CSL con carrocería de aluminio.
Seguidamente tomaban la palabra varios de los asistentes, como Ignacio López, durante muchos años apoderado de la empresa, indicando que todo lo que había sido en la vida se lo debía a Walther Sauermann.
En términos parecidos y de elogio se refería Antonio Armas, primero en el staff de competición y después como apoderado de la firma en Tenerife.
Seguidamente tomaban la palabra José Medina, como jefe de equipo y copiloto en varias ocasiones. Antonio González, rememorando hechos que denotaban la fuerte personalidad de don Walther. Paco Suárez, que paso varios años codo a codo con el señor Sauermann como responsable de Relaciones Públicas, y cuyas palabras quedaban interrumpidas por una incontenible emoción (nos ha prometido un escrito cuando se recupere de la tensión vivida).
Rafael Pombriego, Víctor Rodríguez y Carlos Alonso-Lamberti también exaltaron el talante personal y la figura empresarial de Walther Sauermann como referente en el sector del automóvil y en la competición deportiva.
El acto finalizaba con la entrega de placas conmemorativas a Federico Sauermann por parte de José Víctor Rodríguez, presidente de la Federación de Automovilismo de Las Palmas, y de Pepe Monzón Jr. presidente de la Escudería Drago.
Federico Sauermann expreso su agradecimiento a la Escudería Drago por haber recuperado la memoria de su padre, así como a todos los asistentes por las numerosas muestras de afecto y reconocimiento.
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